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22 de Junio del 2022 | Lucas 7:36–50
Me dijeron que hay una casa, en el Medio Oeste, donde las gotas de lluvia que caen en un lado del techo fluyen a través de un desagüe hacia un río que eventualmente corre hacia el Océano Atlántico. Las gotas que caen del otro lado del techo eventualmente desembocan en un río que conduce al Golfo de México. Una pequeña ráfaga de viento puede cambiar el destino de una sola gota de lluvia. Del mismo modo, una sola decisión que tome una persona hoy puede cambiar su destino final.
En nuestro texto de hoy, a la mujer no se le da un nombre, sino que solo se le describe como alguien que peca regularmente (vv. 37, 39). Lo más probable es que fuera conocida en toda la comunidad por su mala reputación. Pero cuando oyó que Jesús estaba en la ciudad, tuvo que verlo (v. 37). Con gran audacia y valentía, entró en la casa donde estaba comiendo Jesús. Arrodillada detrás de Él, se conmovió emocionalmente. Sus lágrimas apasionadas comenzaron a caer sobre los pies de Jesús, y comenzó a enjugárselos con su cabello al igual que con el costoso perfume. ¿Qué sabía ella acerca de Jesús que los fariseos no pudieron ver? Ella reconoció que había algo diferente en Él. A diferencia de otros hombres que muy probablemente se habían aprovechado de ella, Jesús fue el único que le ofreció paz genuina y verdadero descanso (Mateo 11:28–30).
Los fariseos estaban ciegos al perdón que Jesús ofreció. Jesús les contó una parábola que enfatiza el perdón de Dios y las implicaciones para un pecador perdonado (vv. 41–47). Su decisión de ver a Jesús esa noche y poner sus emociones en juego, cambió su vida para siempre. Es una tragedia que aquellos que piensan que son los más religiosos sean a menudo los que probablemente se pierdan el significado del pecado perdonado.
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POR EL DR. CHRIS RAPPAZINI |
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El Dr. Chris Rappazini es profesor asociado y director de los programas de licenciatura y postgrado en Estudios Pastorales del Instituto Bíblico Moody y del Seminario Teológico Moody. Es el vicepresidente de la Sociedad Evangélica de Homilética. Con anterioridad, fue ministro asociado para la predicación y enseñanza de Southside Christian Church en Spokane, Washington. Chris, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana. |