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15 de Junio del 2022 | Salmos 103
¿Alguna vez has notado lo fácil que es quejarse de tu vida? Has escuchado la frase: Las cosas van de mal en peor. Si bien puede que a veces haya algo de verdad en esta frase, como creyentes tenemos muchas más razones para regocijarnos que para quejarnos. El Salmo 103 de David es un hermoso recordatorio de por qué debemos celebrar la gran bondad de Dios y todas nuestras segundas oportunidades.
El Salmo 103 comienza y termina con la misma frase: “Alaba, alma mía, al SEÑOR” (vv. 1, 22). David nos dice por qué el Señor es digno de alabanza. Por ejemplo, el Señor perdona y sana (v. 3), redime y corona (v. 4), satisface y renueva (v. 5). Se preocupa por los oprimidos y busca su justicia (v. 6). David les recuerda a sus lectores la gracia de Yahweh hacia Sus antepasados cuando fueron sacados de Egipto y Dios los convirtió en una nación (vv. 7–10). Muchos creen que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios enojado e iracundo, pero David nos recuerda que Dios es compasivo y amoroso, como un padre para sus hijos (vv. 13–18).
Concluye su salmo declarando que todos, en todas partes, deben alabar al Señor por todas Sus obras (vv. 19–22). Alabar a Dios puede parecer difícil en un mundo de quejas, pero leer el salmo de David nos recuerda cuán agradecidos debemos estar. Recordar todo lo que Dios ha hecho y continúa haciendo por nosotros, nos da oportunidad tras oportunidad de alabarle y servirle.
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POR EL DR. CHRIS RAPPAZINI |
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El Dr. Chris Rappazini es profesor asociado y director de los programas de licenciatura y postgrado en Estudios Pastorales del Instituto Bíblico Moody y del Seminario Teológico Moody. Es el vicepresidente de la Sociedad Evangélica de Homilética. Con anterioridad, fue ministro asociado para la predicación y enseñanza de Southside Christian Church en Spokane, Washington. Chris, su esposa Ashley y sus tres hijos residen en el noroeste de Indiana. |