La vocación del profeta

¿Cómo fueron designados los profetas del Antiguo Testamento? Cuando Isaías fue llamado dijo: “vi al SEÑOR excelso y sublime, sentado en un trono”. Los ángeles se llamaban unos a otros: “Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:1–3). De manera similar, cuando Ezequiel fue llamado (Ezequiel 1:1), “los cielos se abrieron y recibí visiones de Dios”.

El llamado de Jeremías no fue tan dramático, pero no menos auténtico (Jeremías 1:4–10). Era un hombre joven, probablemente menor de 25 años (ver también 1 Timoteo 4:12). De hecho, Dios lo había designado o elegido antes de que fuera concebido (v. 5). Jeremías se sintió indigno, lo cual fue una respuesta sabia (v. 6). Si era una excusa, Dios la rechazó, ordenó su obediencia (v. 7) y prometió Su presencia y protección (v. 8). Luego formalizó el llamado de Jeremías tocando su boca, indicando que el joven ya no hablaría por sí mismo, sino por Dios: “He puesto en tu boca mis palabras” (vv. 9–10).

El llamado del profeta nos da una vista previa del mensaje que traería (vv. 11–16). Dios le mostró dos imágenes: Primero, vio una rama de almendro (vv. 11–12). Los almendros fueron los primeros árboles en florecer en primavera y simbolizan la vigilia (vida nueva) y la vigilancia (buscándola). En segundo lugar, vio una olla hirviendo (vv. 13–16). Esto representó la situación política de su época, con Judá constantemente bajo amenaza.

No había duda de que el ministerio de Jeremías sería difícil. Él debía estar listo para eso (vv. 17–19). Para ayudar, Dios le recordó al profeta Su fuerza. Vemos imágenes de una ciudad fortificada, un pilar de hierro y un muro de bronce. ¿Cómo comunicaría Jeremías la dura verdad a los que estaban en el poder y vivir? ¡Dios estaría con él!

• Dios nos conoce a cada uno de nosotros de la misma manera que conoció a Jeremías, ¡incluso antes de que fuéramos concebidos! Reflexiona sobre esta verdad reconfortante y desafiante leyendo el Salmo 139 como parte de tu devocional hoy.